sábado, 12 de marzo de 2011

Pan para mi suegro


Mi suegro Joaquín que tiene 93 años vive en Cipolletti, una pequeña ciudad localizada a 1200 kilómetros al oeste de Buenos Aires, lindando con la ciudad de Neuquén. Nuestra costumbre, desde hace varios años, es visitarlo a fines de diciembre para compartir con el las fiestas de fin de año.

A Joaquín le encanta tener en las tardes un “algo” compuesto de café con leche acompañado con tajadas de pan recién hecho cubiertas con abundante mantequilla y mermelada de moras hecha en casa. El día anterior al día de reyes me dijo: “porque no me hacés pan para el algo de mañana?”, y con él me comprometí a hacerlo.

Para atender este deseo fui al mercado para comprar la harina y la levadura; muy temprano en la mañana del 6 de enero amasé durante unos 10 minutos una mezcla de harina, levadura, agua, azúcar, sal y aceite de oliva, para así preparar la masa, la que a continuación puse a levar. Con el sol del verano esta levó muy bien y duplicó su volumen en aproximadamente una hora. A continuación armé los panes, los puse en los moldes para hornear y nuevamente los puse al sol, cubiertos con un secador, para que levaran antes de hornearlos.

En una hora el pan estaba listo para ponerlo en el horno, y en ese momento me encontré con la sorpresa que por un problema de la red de distribución de gas, que había sido cortado el suministro en el vecindario. En la casa no hay horno eléctrico y parecía que se había truncado el proyecto de tener para el algo un pan casero recién hecho.

Buscando información en mi memoria, recordé haber leído que hace menos de 100 años la costumbre en los pueblos de Italia era amasar el pan en casa y llevado al panadero para que lo horneara.

Me dirigí a una panadería del vecindario, hablé con el dueño, le expliqué la situación y con una mirada bondadosa me dijo: “traiga el pan que yo se lo horneo”. En una hora tenía el pan recién horneado “en casa” y esa tarde mi suegro pudo disfrutar del esperado algo.

A continuación transcribo a los lectores la receta del pan casero que hago regularmente en casa.

Ingredientes:
500 gramos de harina 000
20 gramos de levadura
media taza de agua tibia
1 cucharada de azúcar
1 cucharadita de sal
1 y media tazas de agua
1 cucharada de aceite de oliva

Preparación:
Poner en un recipiente la levadura, el azúcar y el agua tibia, mezclar todo bien y dejar reposar unos minutos, hasta que se observe que empiezan a formarse burbujas en la superficie y la mezcla empieza a activarse.
Mezclar la harina con la sal y volcarla sobre la superficie de trabajo, dándole forma de volcán con un hoyo en el centro; agregarle la levadura disuelta, el aceite de oliva y poco a poco el resto de agua, hasta conformar una masa que se deje amasar.
Amasar durante 10 a 15 minutos, al final deberá tenerse una masa suave y elástica. Ponerla en un recipiente, cubrirla con un secador o con papel plástico y ponerla a levar en un sitio donde no hayan corrientes de aire, en aproximadamente una hora su volumen se habrá duplicado.
Volcar la masa sobre la superficie de trabajo a la que se le ha puesto un poco de harina, desinflarla, armar el pan y pasarlo a un molde previamente untado con mantequilla o un poco de aceite. Con una cuchilla o una tijera hacerle dos o tres cortes trasversales en la superficie. Cubrir el molde con un secador y poner el pan nuevamente a levar dejándolo que duplique su volumen.
Mientras tanto, poner el horno a calentar a 175º centígrados (350º Fahrenheit). Llevar el molde al horno y dejar cocer durante unos 40 minutos. Si se quiere a la mitad de la cocción se saca el pan del molde, se voltea y se vuelve a llevar al horno, lo que le permitirá dorarse por todos lados. Estará cocido cuando al introducirle u cuchillo por el medio éste sale seco, o cuando al golpearlo por la base el pan suene vacío.
Sacar el pan del horno, desmoldarlo, ponerlo sobre una rejilla metálica y cubrirlo con un secador, dejándolo enfriar.
También se puede disfrutar de él acompañado con abundante mantequilla, mermelada y una taza de chocolate caliente bien espumoso.

4 comentarios:

  1. El pan me parece de las cosas difíciles de hacer bien. Me parece hermosa la posibilidad de que alguien te lo horneara, como de vecinos generosos que cada vez parecen más complicados de encontrar.

    Muy divino tu suegro que te hace esos pedidos y más divino tú que te pones en esa labor (que te encanta!!)

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  2. Hacer pan es de las cosas ricas que hay. Creo que es una fijacion de niño. NO les voy a contar que siento al amasar la masa de pan, pero hagan algo de imaginacion y podrán intuir de que me acuerdo cada que amaso pan.

    Ensayaré la receta del tío, y el nombre está excelente: pan de suegro.

    Chao

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  3. Eso de los vecinos horneando el pan lo aprendí leyendo de cocina en un libro sobre panes de Italia. Que lindo que es el mundo cuando existe solidaridad, esta se presenta más fácilemnte en las comunidades pequeñas.
    Juan contame como te va. El pan está bien amasado después de 10 minutos o un poco más, cuando al apretarlo vuelve a su estado original y loe hace acoradar a uno del culo de un bebé!

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  4. Adoro el pan! Es de mis pecados favoritos. Nunca lo he preparado pero con esta receta del "pan para mi suegro" creo que me voy a atrever...ya te contaré Alvaron!

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