sábado, 20 de febrero de 2010

Lo reproduzco con el debido permiso de la dueña del blog y autora del texto

JUEVES 11 DE FEBRERO DE 2010

Por qué tener médico en la familia es peor que tener POS - Por Ana María Mesa Villegas

Mi papá es médico, mi hermana es médico y mi tío Anibal es médico. Así que asumamos pues que yo tengo autoridad para hablar de lo que voy a hablar.

Eso sirve, pero para muy poquito.

A usted le tienen impaciencia desde el día uno que pregunta cualquier cosa:

- Papi, mirá esta ronchita (se supone que ese es su campo, es dermatólogo)
- ¿Por donde quieres que te corte mi amor?

Mi papá hace de todo una burla. Si le pregunto por un dolor, su impaciencia se revuelve con un poquito de "otra vez mi linda hipocondríaca" y me responde diciendo que por dónde quiero la amputación.

Resuelve todo con una crema sola: Acloderm, no sé si me cobren esta cuña, pero esa crema servía para todo en mi casa... yo la recetaba también... eso o domeboro y dermovate... y listo! ya sabemos todos dermatología, todo se cura con esos tres potajes. Me pica aquí, Acloderm; me rasca el pie, Acloderm; este salpullido, Acloderm... todo! Lo que le de a uno en el ojo y la lengua también.

Uno de sus amigos fue una vez a la casa a que mi papá le viera a la señora... esa familia era toda amiga de la nuestra, mi mamá de la señora y mi hermanita y yo de las hijas; esas consultas eran visitas de sala... mi papá hizo la consulta, redactó la fórmula y se la entregó a la señora... seguimos la visita como si nada... cuando salían, mi papá llamó a una de las hijas: Angelita, ve, cuando tu mamá se de cuenta que le mandé pelos de gato negro de cementerio en infusión todos los días de luna llena durante el próximo año, vos le entregás ésta, que es la fórmula de verdad...

Yo no sé realmente si mi papá alguna vez me trató algo con seriedad... ahh sí... el vitiligo! Vitiligo es una despigmentación de la piel, que a estas alturas de la humanidad no se sabe por qué da, y como es una "condición" que no estorba ni es contagiosa, ni nada, a los médicos no les ha interesado mucho salir de dudas con ella, así que hasta los tratamientos son raros, a mi me mandaron sol, sin protector solar (hoy no puede ir uno donde un dermatólogo sin que le receten protector) y alumbramientos... Él me llevaba una vez a la semana al Hospital Universitario, me ponía unas gafas de esas que usan algunas personas para dormir sin que la luz les estorbe, prendía una lámpara de rayos ultra alguna cosa y me dejaba ahí sentada siendo alumbrada, en un salón grandísimo, sola, mientras él daba "la ronda"... A veces entraba gente, y yo, con mis gafitas que me dejaban ciega, decía: papi? Mirando hacia el lugar de donde provenían los sonidos; si no era papi, nadie me contestaba... Esta historia me produce una especie de compasión conmigo misma todavía después de tanto tiempo, en esa época yo tendría entre 6 u 8 años. La primera vez que fui donde un psiquiatra, en alguna de las citas, le conté este cuento y él tomó atenta nota. Nada de lo que dije antes le había parecido tan interesante como para hacerlo, pero ese dato sí... y ahí empecé a pensar yo, que rayón me habría dejado ese episodio. Todavía no sé... No lo debe cubrir el POS, pero en cambio mi papá, tampoco lo cubre...

Cuando tenía 3 meses, mi mamá le dijo a mi papá que le parecía que yo estaba enferma, y mi papá le dijo, con un análisis y un ojo clínico lleno de insolencia que si era que no me veía lo gordita que estaba, que yo no tenía nada... mi mamá no le creyó y algo hizo. El caso es que no me les morí de chiripa, pasé 15 días hospitalizada, con una deshidratación causada por no sé que bacteria y cuando tenía 15 años me dio anemia. Cuando me hicieron los exámenes tenía la hemoglobina en 9, también me la descubrió mi mamá y también mi papá insistió en en decir que "la gordita no tiene nada"... yo realmente de todos los médicos de mi casa, le debo la vida a Pili que estudió en el SENA para secretaria.

Con mi hermanita es distinto... ella no hace chistes. Su impaciencia es impaciencia y no más.

- Julia, me revisas que no sé qué tengo...
- Pero si se va a dejar revisar sin llorar... (y voltea los ojos)

- Juli, tengo como migraña...
- ¿y ya se tomó algo? (voltea los ojos)
- Estoy esperando que tu me digas qué me tomo
- Usted sabe: acetaminofén
- Pero es que es migraña
- Tómese dos

- Juli, ¿me aplicas una inyección?
- Ana María, vea, yo le aplico la inyección, pero no hace escándalos, ni me llora, ni nada, que eso es más peligroso, le puedo quebrar la aguja en la nalga, le puedo coger un nervio y ahí sí queda jodida
- Bueno, pero la idea es que no me de más miedo
- Usted verá... al primer problema que ponga, no le pongo la inyección...
- No, entonces mejor no...
- (Voltea los ojos) bueno...

- (Tímidamente) Julita... (yo no sé por qué se me nota en el tono cuando le voy a hacer una consultica)
- (Voltea los ojos...)

Y por último, mi tío Anibal que vive en Medellín... está muy lejos como para que sea una opción viable, pero eso sí, cada que uno le pregunta algo de medicina, él se devuelve hasta el juramento Hipocrático, y le da a uno clases de historia de la medicina... es además patólogo, así que nunca lo he visto recetario en mano...

En diciembre estuvimos todos en Pereira y a mi me dio Mononucleosis... ninguno hizo el diagnósitco...

Yo por eso me preocupo por los cambios en la ley de salud, porque los médicos de mi casa, no son mi mejor opción... con cariño, su hermana, hija, sobrina...
PUBLICADO POR ANA MARÍA MESA VILLEGAS EN 11:01

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