Muy pocas personas se deben acordar hoy en día de “las cajoneras”; esas mujeres, generalmente grandotas y robustas vestidas impecablemente, que recorrían las calles de Medellín con un gran cajón en sus cabezas. Entre el cajón y su pelo armaban un gran rollo de tela que era el que servía de soporte, manteniéndose aquel horizontal mediante un sorprendente ejercicio de equilibrio.
En el cajón, que iba cubierto con un mantel blanco o de cuadros inmaculado, llevaban panes, bizcochos, mojicones, panderos, pan de yuca, galletas “cucas” y otras delicias, todas ellas recién horneadas y que conservaban ese olor inconfundible del pan tibio recién salido del horno. Recorrían las calles ofreciendo su mercadería y las amas de casa al percibirse de su presencia adquirían la “parva” que precisaban para disfrutar con sus amigas de un chocolate caliente a la hora del “algo”, a eso de las 4 y media de la tarde.
Esta semana me acordé de los mojicones, me dio ganas de comerlos me puse a investigarlos en los libros de Doña Zaida y Doña Sofía, encontrando después una versión menos complicada en el libro “Partituras Culinarias” de Sylvia Bravo de Londoño, que con pequeñas modificaciones fue la que realicé y que comparto con ustedes.
Ingredientes:
½ taza de Azúcar
½ cucharadita de Sal
50 gramos de Levadura fresca o un cucharada de Levadura seca instantánea.
1 cucharadita de Agua de Azahar
750 gramos de Harina
1 taza de Leche
125 gramos de Mantequilla
1 Huevo
1 Yema mezclada con 1 cucharada de Leche.
Preparación:
Desmenuzar la levadura, juntarla con el azúcar, la sal, y una taza de harina, pasar la mezcla al recipiente grande de la batidora. Calentar la leche con la mantequilla hasta que aquella esté a punto de hervir y verterla poco a poco en el recipiente de la batidora, con esta funcionando a baja velocidad y con el brazo para amasar; a continuación agregar el huevo, el agua de azahar y poco a poco ir agregando el resto de la harina, aumentar la velocidad de la batidora y dejarla funcionando hasta que al amasar la mezcla se desprenda del fondo y forme una bola, aumentar otro poco la velocidad y dejar que la maquina amase la durante 5 minutos adicionales; en total el proceso de mezclar y amasar se debe tomar unos 15 minutos. Al final debe quedar una masa suave pero pegajosa que no se prenda de las manos.
Engrasar la superficie de la masa con un poco de mantequilla, cubrirla y dejarla subir en un lugar cálido o al sol hasta que duplique su tamaño (aproximadamente por una hora).
Precalentar el horno arriba y abajo a una temperatura de 175º a 200º centígrados (350º a 400º Fahrenheit), Mientras tanto, engrasar una lata que pueda ir al horno, armar los mojicones, dejando poco espacio entre ellos, para que al crecer queden delicadamente unidos, cubrirlos con un paño y dejarlos subir unos 20 minutos. Barnizar los mojicones con la mezcla de leche y yema de huevo, espolvorearlos con azúcar granulada.
Apagar la parte superior del horno. Llevar la bandeja con los mojicones al horno, en su parte media. Dejarlos hornear unos 20 minutos, hasta que se vea que están cocidos y brillantes por encima. Retirarlos, del horno, despegarlos de la lata con una espátula y dejarlos enfriar y separar los unos de los otros.